Durante la Edad Media, prácticas despiadadas se llevaban a cabo para castigar a los hombres sin libertad, o a los que eran libres pero habían sido declarados públicamente traidores, cobardes y deshonrados. En el archivo histórico de castillos o museos de antropología, se conservan algunos de esos artefactos que se utilizaban para provocar el sufrimiento que muchas veces terminaba en la muerte, y se exhiben junto a las investigaciones que registran el cómo eran utilizados y bajo qué circunstancias. Los informes apuntan a que la tortura se intentó abolir de las legislaciones penales en países europeos a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, debido -entre otros factores- a la influencia del movimiento intelectual de la Ilustración, cuya finalidad era disipar las tinieblas de la humanidad. Lo cierto es que, los nuevos sistemas políticos no pudieron evitar que continuara la violencia. El resurgimiento de las sanginarias prácticas se vio reflejado durante el fascismo i
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